La verdadera relación gatuna con su ‘supuesto’ dueño

Cualquiera que haya tenido perro y gato puede confirmar que, a menos que haya una promesa de comida de por medio, los gatos no hacen el mismo caso que los perros, y menos cuando se les llama. Aunque esto parece ya bastante evidente, dos investigadores japoneses han decidido profundizar en esta parte de la psicología gatuna para determinar si es que los gatos no son capaces de reconocer nuestra voz, o simplemente es que no hacen ni caso. Numerosos experimentos revelan aspectos sorprendentes de la conducta gatuna y de la relación con sus “supuestos dueños”.

Atsuko Saito y Kazutaka Shinozuka, de la Universidad de Tokio, han llevado a cabo un experimento para tratar de analizar la capacidad de reconocimiento verbal de los gatos. Los resultados fueron publicados en la revista Animal Cognition en un estudio titulado: “Reconocimiento de la voz de propietarios de gatos domésticos”.

Los investigadores nipones analizaron el modo en que los gatos responden al llamado de su nombre. Solamente al sonido, sin la presencia de la persona. ¿El resultado? Ningún gato se molestó en acudir. Cada felino fue llamado por voces de diferentes personas, incluido su dueño. Ante la voz familiar, los gatos exhibieron patrones de reconocimiento (mover la cabeza y las orejas, emitir sonido, estirarse), pero renunciaron a desplazarse. Ambos científicos apuntan a dos factores que podrían estar detrás de esta conducta: la relativa reciente domesticación del gato (“apenas” 9.500 años) y el hecho de que no fueron domesticados para obedecer a los humanos.

Por su parte, el investigador de la Universidad de Bristol y experto en etología John Bradshaw afirma que los gatos no distinguen a los humanos como una especie distinta de la propia. Mientras que los perros actúan de forma muy diferente con otro perro que con una persona, entre los gatos no parece haber diferencia. “Los gatos actúan hacia nosotros de una forma que es indistinguible de cómo actúan hacia otros gatos. Levantar la cola, refregarse alrededor de nuestras piernas y sentarse a nuestro lado y asearnos es exactamente lo que los gatos se hacen unos a otros.”

Estas afirmaciones parecen confirmar la vieja idea de que los gatos nos consideran con un cierto desdén, a lo sumo con una actitud paternalista. Sin embargo, otras experiencias muestran una relación más estrecha de lo que se cree.

“Nos imitan”. Un estudio de la Universidad de Viena examinó el vínculo entre 40 gatos y sus dueños y encontró que los humanos con personalidades más extrovertidas o concienzudas concitaron un patrón de conducta más complejo en los gatos. En conclusión: los patrones en las relaciones entre los gatos y las personas semejan otras relaciones complejas y de largo plazo, como las que se dan entre los seres humanos.

De acuerdo a la investigación realizada en la Universidad de Mesina, Italia, también afirma que los gatos imitan a sus dueños. El experimento consistió en formar dos grupos de gatos: un grupo se mantuvo en el interior de la casa, en contacto cercano con sus dueños. El otro permaneció tanto dentro como fuera de la casa, y los gatos quedaban afuera por la noche. El resultado fue que el primer grupo adaptó su alimentación y sus patrones de sueño a los de sus dueños, y sus niveles de actividad se asemejaron a los de los seres humanos que los rodeaban.

Los investigadores también apuntan a que han sido los propios gatos los que, históricamente, se han acercado a los seres humanos y estos han aceptado de buen grado su presencia por su labor en el control de plagas domésticas. Pese a esta falta de respuesta comunicativa por parte de los gatos, los autores los estudios reconocen que los propietarios de estos animales están tan ligados emocionalmente a ellos como lo están los propietarios de perros.

Gatos #tipsmascoteros  Los gatos son animales muy independientes, necesitan su propio espacio y no reclaman atención constante. Al contrario que los perros, que ven al dueño como el cabeza de la manada, los gatos ven a sus dueños como su madre y sólo se acercan cuando necesitan algo o quieren comida o mimos.

#gatos Son animales extremadamente curiosos y de gran destreza física y habilidad corporal, por lo que pueden colarse por casi cualquier hueco. Además, como ocurre con los humanos, los gatos tienen diferentes personalidades y, aunque cada gato es diferente, sus personalidades pueden clasificarse.

Una de las personalidades desarrolladas por los gatos es la timidez. Los gatos tímidos mantienen las distancias con los humanos y cuando son recién adoptados se retiran a un rincón para observar todo desde allí. Por eso es conveniente que los primeros contactos con humanos sean con cautela y a partir de ahí que se deje al gato acercarse cuando él quiera.

Hay que tener en cuenta que muchas veces estos gatos son nerviosos y asustadizos, así que conviene intentar no hacer ruidos fuertes o movimientos bruscos. Otra posibilidad es que el gato sea extrovertido.

Los gatos extrovertidos no tienen miedo a nada, son activos, curiosos y se dejan acariciar. También se les debe dejar acercarse voluntariamente, pero son juguetones con los niños y no dudarán en refugiarse en tus brazos. Claro que sigue sin gustarles nada que les tiren de la cola o les despierten de la siesta.

Los gatos tranquilos son equilibrados y se llevan bien con otros gatos. Se lo toman todo con calma y tranquilidad y son muy buenos compañeros de viaje porque pueden estarse horas callados en su cesto sin maullar. Este tipo de gatos no padecen de estrés porque no dejan que las cosas les afecten.

Y por último los gatos pueden desarrollar la personalidad caprichosa. Los gatos caprichosos son sensibles y susceptibles. Enseguida se enfadan y lo peor es que este enfado puede durarles horas. También son muy posesivos y en cuanto le echan la vista encima a algo se creen que es suya y no dejarán que nadie más la toque.

Además, todos los gatos son muy independientes, reaccionan muy mal ante el cambio y no dependen de la compañía de los de su especie, por lo que la convivencia con los humanos es relativa.

Si aunamos estos datos con el estudio que demuestra que los gatos reconocen la voz de su amo, la conclusión es simple: tu gato sabe que le estas llamando, pero no le da la gana de ir hacia ti.

Fuente: https://misanimales.com

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