Convivir con animales y vecinos, ¿dónde está el problema?

“La convivencia entre seres humanos y animales sin lugar a dudas estás llena de beneficios psicológicos y físicos. Existen estudios que evidencian cómo la interacción permanente con animales, entre otras cosas, favorecen la capacidad de socialización de las personas, estimulan a realizar ejercicio, disminuyen la presión arterial y ayudan al manejo de la depresión. Por cierto, todos quienes incluimos en nuestras familias a uno o varios animales, independientemente de la especie, lo hacemos porque tenemos la convicción de que tanto ellos como nosotros seremos beneficiados producto de esa relación. Sin embargo, como todos sabemos también, en nuestro país aún estamos al debe respecto de la tenencia responsable de mascotas. Y esto no ocurre porque no esté claro qué quiere decir ser un dueño responsable, sino porque, la mayor parte del tiempo, las personas asumen que el manejo que dan a sus animales es el correcto. A este respecto, algo similar sucede cuando vivimos en comunidad, condición en la que todos estamos insertos, ya sea porque vivimos en un condominio, edificio, villa o en un barrio residencial, donde muchas de las cosas que hagamos, incluyan o no animales, repercutirán, positiva o negativamente en nuestros vecinos. Más aún, si hemos decidido vivir en comunidades cerradas, hay que tener en cuenta que habrá asociados reglamentos de copropiedad que de alguna u otra manera indicarán las restricciones respecto de la tenencia de animales. No obstante, lo que debería primar es el sentido común, es decir, partir de la base de que nuestros actos y decisiones son compartidos por todos en una sociedad o comunidad. Esto quiere decir que no depende de la subjetividad de una persona o individuo, si no que se basa en tradiciones, comportamientos aceptados y formas de actuar que en esa sociedad se consideran adecuados para cada situación. Lamentablemente, es común ser testigo de problemas entre vecinos a causa de sus mascotas. Puede ser por el ruido que generan al vocalizar, porque usan de baño los espacios comunes, o porque deambulan libremente. Pero nuevamente, son todas situaciones que se pueden prevenir y es deber del propietario, por el bien de la mascota y la sana convivencia entre vecinos, preverlas y subsanarlas ya que el principal afectado será sin dudas, la mascota. Por qué? Porque es probable que si no logramos llegar a acuerdos, habrá que reubicar al animal, con todas las consecuencias emocionales que aquello significará para él y su familia.

Sobre tenencia responsable podemos encontrar un sinfín de definiciones y guías, no obstante, lo más evidente es que seré un dueño responsable sí y solo sí, me informo, reconozco y satisfago todas y cada una de las necesidades de mi mascota. Ella me entrega compañía, alegría y seguridad, y paralelamente yo debo compensarla cubriendo sus necesidades sanitarias, alimentarias y conductuales. Y sobre este último punto, conductualmente estará bien si logra realizar los comportamiento por los que se ve altamente motivado a efectuar, que en el caso de los perros será socializar, jugar y explorar, y en el caso de los gatos, por ejemplo, jugar y usar el espacio de manera tridimensional (trepar). Por lo tanto, la primera pregunta que debería plantearme es, sé qué le gusta hacer a mi mascota? Me he informado sobre ello? Y lo que le gusta y necesita hacer, lo puede hacer tanto como desea? Luego, e igualmente importante, debo cuestionarme junto a mi familia si las cosas que hace mi mascota generan algún impacto negativo, o por qué no, positivo sobre mi comunidad? A veces algo tan sutil como los olores, pueden ser motivo suficiente de conflicto, y aunque en muchas ocasiones oímos en la consulta que a los propietarios de las mascota les resulta indiferente lo que sus vecinos piensen, o bien les cuesta entender que a una u otra persona no le agrade convivir con animales, nuevamente debe primar el sentido de sana convivencia y, por tanto, debemos esforzarnos porque la sociedad a la que pertenecemos esté en equilibrio.

Actualmente y desde hace mucho tiempo, existen decenas de ordenanzas municipales relacionadas con la tenencia responsable de mascotas, y es nuestro deber conocer la de nuestra comuna y, por cierto, exigir a las autoridades a que las cumplan. Del mismo modo, y asociado a ello, desde el año 2009 existe una ley de protección animal (20.380 – disponible en www.bcn.cl) y luego de casi siete años de discusión en el Congreso Nacional, el Proyecto de Tenencia Responsable de Mascotas, está cada vez más cerca de convertirse en Ley. Esta situación, que podría ser vista solo como una mayor responsabilidad para quienes maltratan animales, muy por el contrario, nos obliga a nosotros, los amantes de los animales, a informarnos y cumplir ejemplarmente no solo con la reglamentación vigente, sino que con lo que ellos realmente necesitan, amor, compañía, paseos, juegos y tiempo de calidad”.

Columna de Opinión escrita por Gonzalo Chávez C, Médico Veterinario, MCs Veterinarias, Máster en Etología Clínica, Docente Universidad Santo Tomás, Miembro de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile, para la edición Nº15 de Revista MIMASCOTA

@revistamimascota

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