Para nadie es una novedad el incremento de la tenencia de mascotas exóticas en el país, lo que tiene directa relación con el cambio en nuestro estilo de vida y en muchos casos ya están desplazando a las mascotas convencionales. Afortunadamente ya se conoce bastante acerca de los requerimientos biológicos de estas especies, pero por desgracia, en muchos casos los propietarios aprenden en la marcha el por qué un animal exótico no ha evolucionado como un perro o un gato y lamentan no conocer más de su comportamiento.
Es por esto que desde la Etología Clínica significa todo un desafío el poder entender, predecir y resolver los problemas de comportamiento de las mascotas exóticas de una manera efectiva y amable, ya que por sus características son animales con requerimientos más estrictos en su manejo y en muchas ocasiones sus problemas se deben a un mal manejo y a un desconocimiento de su biología y comportamiento. Recordemos que su característica principal es que son especies no domesticadas y por tanto, no adaptadas a nuestro entorno, lo que los hace más vulnerables a las potenciales amenazas del ambiente artificial en el que son introducidos
Por ello, la importancia que nuestra mascota pueda desarrollar su repertorio conductual en un ambiente que no es el propio es crucial para poder asegurarle una vida óptima. Esto no sólo implica tener en cuenta sus condiciones de confinamiento, sino que también satisfacer las necesidades de locomoción, descanso, cama o nido, comida, escondites, juegos, de la manera más cercana a lo que sería su hábitat natural y adecuándonos a la especie, edad y estado sexual, sin olvidar aquellos factores como la luminosidad, humedad, temperatura y estímulos sensoriales. Todo esto lo denominamos enriquecimiento ambiental y su objetivo principal es balancear el repertorio normal de conductas, mejorar el despliegue de estas y por supuesto, evitar el aburrimiento, agresión y frustración que llevan inevitablemente a la presentación de los problemas de comportamiento, ajustándonos lo más posible al etograma (repertorio conductual) de cada especie.
Por sólo nombrar algunos, ya que la lista de especies es muy larga, por ejemplo, en los psitácidos es esencial el desarrollo de las habilidades vocales y la vinculación con sus pares y con sus propietarios, ya que son animales muy sociales y si no se satisfacen estas necesidades pueden derivar en picaje y automutilaciones. Quizás son los más incomprendidos y confundidos dentro de los exóticos debido a su comportamiento más complejo, ya que esperamos muchas veces que se comporten como gatos o perros.
En otros como los reptiles debe tenerse un cuidado especial en la alimentación, y condiciones de confinamiento como humedad, temperatura y luminosidad, ya que los problemas que se observan más comúnmente se refieren a la atención y dieta inadecuadas, lo que puede desencadenar en estrés y sus consecuencias como la agresividad, anorexia, retención de huevos o problemas de muda.
Los hurones, que cada vez alcanzan más popularidad entre los exóticos, tienen su propio conjunto de problemas. Muchos de estos se relacionan directamente con agresividad por mal manejo y problemas orgánicos, por lo que se hace fundamental en este último caso un estricto control veterinario para evitarlos.
Las ratas, ratones, jerbos, hámsteres, son animales de cuidado fácil pero muy dependientes de una buena higiene y presencia de estímulos estresores, los que pueden mellar fácilmente su comportamiento normal y transformarse en problemas de comportamiento asociados a patologías dermatológicas y digestivas.
Por último, es esencial saber que en el abordaje de cualquier problema de comportamiento, debe descartarse una patología orgánica y si es que la hubiere, ser tratada en primer lugar antes de ser derivada a un especialista etólogo.
Soledad Torres Alvarado
Médico Veterinario, Máster en Etología Clínica
Etología Veterinaria Chile – Medicina del comportamiento en caninos, felinos y exóticos
Miembro de la Asociación de Etología Clínica Veterinaria de Chile
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