México acumula Tequila en bodegas. A pesar de que sigue siendo una bebida ‘popular en todo el mundo’, la euforia por el tequila ha comenzado a desvanecerse. Los consumidores se han vuelto más cautelosos con sus gastos, optando por productos más asequibles o cambiando sus preferencias hacia otras bebidas.
La industria tequilera mexicana, que ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, se encuentra en un punto de inflexión. La sobreproducción de tequila, sumada a una desaceleración en la demanda global y la inestabilidad económica, ha generado un exceso de inventario que amenaza con desequilibrar el mercado.
La caída en la demanda del Tequila mexicano, combinada con una expansión agresiva de la capacidad de producción en los últimos años, ha llevado a un acumulado de tequila en inventario que supera los 500 millones de litros.
Esta situación ha generado una presión significativa sobre los precios, especialmente en el segmento de los Tequilas premium. Marcas reconocidas a nivel mundial se han visto obligadas a ajustar sus estrategias de precios para mantener la competitividad en un mercado cada vez más saturado.
Otro factor que ha agravado la crisis es la volatilidad de los precios del Agave, la planta de la que se obtiene el tequila. La sobreoferta de agave ha provocado una caída drástica en sus costos, lo que, a corto plazo, ha beneficiado a los productores. Sin embargo, esta situación también ha generado una competencia desleal y ha puesto en riesgo la sostenibilidad de muchas pequeñas y medianas empresas.
La industria tequilera mexicana se encuentra en un momento crucial. La sobreproducción, la desaceleración de la demanda y la incertidumbre económica han generado una crisis que requiere de una respuesta rápida y efectiva. Los productores de tequila deberán buscar nuevas oportunidades de crecimiento en mercados emergentes y ofreciendo productos cada vez más diferenciados y de alta calidad.
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