Es importante conocer las diferencias -y los beneficios- entre estas dos opciones de tenencia responsable que a veces confunden, porque no es lo mismo castrar a una mascota que esterilizarla, ¿o si?
Cuando se habla de castración, se hace referencia a una extirpación. Es decir, se extirpan, con técnicas quirúrgicas, las glándulas sexuales del animal. En el caso de los machos los testículos, y en las hembras sus ovarios. De esta manera se consigue la ausencia de actividad sexual. Mientras que esterilizar a la mascota, significa que los órganos sexuales se mantienen intactos; ligadura de trompas en las hembras y vasectomía en el caso de los machos; a los que a pesar de evitar su fertilidad, siguen manteniendo una conducta sexual normal.
“La castración tiene como consecuencia la reducción del número de hormonas y ayuda a controlar los problemas en los que la reducción de la cantidad de hormonas sexuales tiene una repercusión directa sobre la conducta, como en el caso del comportamiento sexual o de ciertos tipos de agresión”.
Sin embargo, la castración no tiene ningún efecto terapéutico sobre problemas como la hiperactividad, la ansiedad por separación, los problemas emocionales o los que están derivados de una educación incorrecta. Y, aunque la castración es más drástica e invasiva que la esterilización, tiene ventajas como controlar el carácter en los animales agresivos o con problemas de convivencia.
La castración conlleva ciertos cambios hormonales que conducen a una mayor tendencia al sobrepeso, debido a que el ritmo del metabolismo disminuye y aumenta el apetito del animal. Sin embargo, con una estrategia alimenticia supervisada por el veterinario no supondrá un problema. Además del aporte de alimentos menos calóricos y al aumento de actividad física del animal, sirven para compensar el aumento de peso.
Al igual que en el caso de la castración, la esterilización tiene un importante carácter preventivo con respecto a ciertas enfermedades. Y cualquiera de las dos opciones permite evitar la procreación y las camadas indeseadas. Aunque todo dependerá de la situación en particular de la mascota, por lo que es recomendable siempre consultar con su veterinario, este es quien mejor puede informar sobre la opción más adecuada para cada animal.