La salida de empresas de Argentina ha provocado un impacto en el consumo masivo y retail. Al desembarcar en Argentina, algunas firmas proyectan un desarrollo del mercado que luego no se logra, debido a diversos motivos coyunturales y de largo plazo.
En los últimos meses, varias compañías de consumo masivo han abandonado sus operaciones en Argentina. La economía local representa un gran desafío para las empresas multinacionales que operan en el país. Estos desafíos incluyen políticas de control de precios, limitaciones a las importaciones y restricciones al acceso de divisas, lo que dificulta aún más la operación de estas empresas.
En este escenario, la industria del consumo masivo está en retroceso. El derrumbe del poder adquisitivo en los últimos seis meses ha resultado en una fuerte caída en las ventas, tanto en grandes superficies como en pequeños comercios.
Este fenómeno se observa en todo el país, desde el interior hasta la zona del AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires), según datos de diversas consultoras privadas. La disminución en el poder adquisitivo se debe a factores como la inflación, el aumento del costo de vida y la devaluación de la moneda local, que han reducido la capacidad de compra de los consumidores.
Frente a este contexto, muchas compañías han decidido abandonar sus operaciones directas en Argentina. Sin embargo, para mantener la presencia de sus marcas en el mercado, han sellado acuerdos con firmas locales para vender su portafolio. Esto permite que las marcas sigan comercializándose en el país, aunque bajo una nueva administración.
Tal es el caso de Procter & Gamble (P&G), que vendió sus marcas al grupo Newsan. Esta operación incluyó etiquetas populares como Gillette, Pantene y Pampers. Anteriormente, P&G ya se había desprendido de otras marcas, como Ariel, que ahora pertenece a la compañía Dreamco, dueña de Plusbelle.
Fuente: https://www.tradeyretail.com/