Después de 18 meses de constante tensión internacional, el conflicto económico entre China y los Estados Unidos -dos de las potencias más poderosas del mundo- ha llegado a una primera etapa en la histórica tregua proyectada.
Fue a mediados de enero del 2020, que los representantes de los Estados Unidos y China firmaron en Washington la primera fase de un esperado acuerdo comercial que pondrá – de momento- un freno a la peligrosa pelea que ha sacudido mercados en todo el mundo, afectando la economía global.
Ambos representantes, el presidente Donald Trump y el viceprimer ministro chino Liu He, suscribieron el documento de 86 páginas que proyectan una apertura de los mercados chinos a más empresas estadounidenses, el aumento de las exportaciones agrícolas y energéticas y una mayor protección de la propiedad intelectual para la tecnología estadounidense así como de los secretos comerciales de Washington. A cambio, Estados Unidos acordó reducir a la mitad algunos de los nuevos aranceles que impuso recientemente a productos chinos.
La guerra comercial ha repercutido negativamente en la economía mundial durante el último año y medio, interrumpiendo los flujos comerciales, desconcertando a inversores y frenando el crecimiento económico global. Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional estimó, el conflicto afectaría en 0.1% de este crecimiento.
Según expertos, el acuerdo es un punto de inflexión significativo en la política comercial estadounidense y los tipos de acuerdos de libre comercio que los Estados Unidos típicamente han apoyado. En lugar de reducir los aranceles y otras barreras económicas para permitir el flujo de bienes y servicios para satisfacer la demanda del mercado, deja un nivel récord de aranceles y obliga a China a comprar productos específicos -como aves, carne de res y soja- por un valor de $200,000 millones de dólares en dos años.
De ese total, China gastará $50,000 millones de dólares en productos agrícolas, $50,000 millones en energía y $75,000 millones en manufacturas.
Tips de la firma.
- El convenio conserva la mayor parte de los aranceles que Trump impuso a productos chinos por un valor de US$360,000 millones. Además se mantiene la amenaza de un castigo adicional si Beijing no cumple con los términos establecidos por Washington.
- La nueva fase de negociaciones, aún sin fecha, podría segmentarse en “fase 2A, 2B, 2C”, según el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin. En esta etapa se espera el abordaje de temas como las quejas de Estados Unidos sobre el robo de su propiedad intelectual.
En tanto, de los asuntos clave que quedan en el tintero son la ciberseguridad y los estrictos controles de China sobre cómo su empresas manejan los datos y la computación en la nube, uno de los principales elementos que llevó a la guerra comercial en primer lugar. El gigante asiático ha hecho caso omiso a las demandas de comprometerse a no piratear empresas estadounidenses en el acuerdo de este miércoles, insistiendo en que no tiene nada que ver con la parte comercial.
Fuente: telemundo.com